En serio. Corres peligro. De acuerdo, puede que no brotes, pero olvídate de contratar (o intentarlo) servicios de ONO e irte de rositas. Eso no va a ocurrir. Tú vas a estar ahí tan tranquilo después de llamar quinientas cincuenta veces a atención al cliente, creyendo que controlas tu vida y que eres feliz, y algo va a ocurrir para recordarte que no. Que ya nada será igual. Que tu lucha ha dejado secuelas en tu psique. En mi caso, este momento de pánico ocurrió ayer. Mi hijo de siete años me dijo que quería un quad de gasolina para su cumpleaños y, en lugar de decirle que esos bichos son muy caros, o muy peligrosos para un niño tan pequeño como él, o simplemente "ya veremos cuando se acerque la fecha" le solté: "En un plazo de 48 a 72 horas se pondrán en contacto con usted del departamento correspondiente para efectuarle la conexión de los servicios". Mi hijo me miró, yo lo miré a él, nos abrazamos y lloramos cada uno en el hombro del otro, comprendiendo que no hay vuelta atras y esa sombra habrá de perseguirnos el resto de nuestra vida.

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